El “stealthing” una práctica nada transparente.
Si has escuchado esta palabra y no sabes que es y quieres saber más, sigue leyendo.
Hace unos meses, mi amiga me explicaba que en una fiesta de despedida de soltera, conoció a un chico del cual quedó prendada.
Habían contratado para una soltera a un striper y cuando este, la eligió para realizar su primer show en ese preciso momento, ella, se quedó prendada.
¡Guapo y con un cuerpo de infarto! pensó. Deseosa de tocar y manosear esos bellos y firmes pectorales. Siguió con el juego.
Arrastraba sus grandes y suaves manos, casi tocarla y bajando por su cintura, cadera y luego como queriendo redefinir sus pantorrillas llego hasta sus tobillos.
Terminó por posar su trasero en su regazo y moverse como un toro embravecido. ¡No se cortaba ni un pelo!
Con un gesto de complicidad, quedaron para verse, cuando terminara la función y así sucedió.
Acabó la función y ella se despidió de sus compis de aventuras, pero en vez de regresar a casa ella, lo esperó.
Sabía que me esperarías! Dijo el striper. En el momento que te vi, me gustaste y las ganas de conocerte hicieron que te eligiera.
A mi amiga se le mojaban las bragas cuando escuchaba con deseo, esa voz fuerte y varonil.
Decidieron ir juntos a tomar un cafe al bar de la esquina y allí se desato un furia incontrolada de besos apasionados, de esos con lengua, que llegan hasta el final.
Propusieron, por ambas partes ir a un hotel, minutos más tarde entraron en la habitación y acto seguido él la empotro contra la pared y cogiéndola por la cintura la elevó.
La agarró fuerte y le introdujo su mano dentro de la braguita, luego fue introduciendo sus largos y gruesos dedos, uno por uno dentro de su vagina, caliente.
Se relamía los dedos, como incitándola a hacer lo mismo.
Ella desabrocho la cremallera de su pantalón y toco suavemente su largo y gordo miembro, impregnado de flujo, lentamente llevo sus dedos a su boca y repitió la escena vivida.
La pasión se había desatado y desbordado. pero en un momento de cordura ella le pidió que se pusiera preservativo y el aceptó.
Cuando la tenía en posición, cuatro patas o misionero ella se sintió vulnerable, en ese mismo instante paro el juego, se alejó y sí comprobó que él había se había quitado el preservativo.
Ese juego pactado ya no era tal, ya que el pacto se incumplió.
A eso se le llama engaño, o stealthing.
Si en alguna ocasión tienes la oportunidad de vivir esa experiencia, no te olvides de que las normas que se establecen hay que cumplirlas o el juego se acaba en ese mismo instante.
Desde entonces mi amiga es mucho más precavida y no consiente este tipo de engaños.
Si te encuentras con ella y te invita a pasar un día o una noche loca, recuerda que hay límites que no se traspasan.
Envíame tus comentarios y dime que piensas de esta práctica.