Del sexo vainilla a la entrega como sumisa parte 4º
Durante los siguientes días de nuestro encuentro, me despertaba cada noche y miraba mi teléfono, el corazón me sacudía cuando escuchaba el sonido del whatsapp. Al mismo tiempo tenía miedo de volver a sentir la humillación del último encuentro. Era un castigo muy largo, pensaba!! Me estaba dando cuenta de mi contradictorio razonamiento. No quería permitir que Dom me utilizara a su antojo y al momento siguiente, deseaba volver a sentir su dominio. Era ya viernes, me preparaba para un fin de semana aburrido. Sino fuera por ese mensaje a altas horas de la madrugada Mi Dom, me reclamaba con una nota “Mañana sábado a las 19 horas, quiero que acudas a mi casa, daré una fiesta donde te ofreceré como sumisa a una
Mistress para que te enseñe a como comportarte” esta es la dirección **** Firmado Dom. No podía resistirme era mi Dom, mi dios. Solo EL, lograba con un mensaje excitarme, erizarme los pezones, ese placer y gusto que bajaba como un torrente por mi pecho, llegaba al ombligo, hasta llegar a mis labios genitales, allí latía y ardía, puro fuego.
Llegué a su casa toque al timbre y acto seguido me abría la puerta una doncella con cofia y delantal a cuadros. Entra!! me dijo, te llevo a tu aposento, quítate la ropa que llevas y ponte la que esta encima de la silla luego aguarda en tu jaula. Jaula? Pensé. Y allí al final del pasillo de una casa enorme y de un gusto exquisito, estaba la puerta que conducía a una habitación y en el fondo de esta, solamente una jaula y pegada una silla de madera, encima solo había un collar negro de cuero con la inicial A.A en amarillo y con una nota al lado “ coloca este
collar en tu cuello y espera dentro de la
jaula” mas tarde vendrán a buscarte!! obedece . Firmado Dom. Y así como una buena sumisa, coloque mi collar y allí permanecí dentro de la jaula, me había quedado dormida, cuando de repente sentí la presencia de alguien que me hablaba. Camina como una perrita que eres y besa mis pies. Allí delante de mi, una mujer hermosa con voz de mando y a los pocos metros, sentado en la silla, estaba Dom. Negué con la cabeza no quería obedecer a nadie que no fuera Dom. pero El con voz firme y elevando la voz me dijo
OBEDECE Sumisa A.A A cuatro patas fui caminando, hasta llegar a unas botas de cuero altas con tacones de aguja. Bese sus botas subiendo por sus piernas hasta llegar a sus muslos. Percibía su olor a sexo, sus bragas eran trasparentes y su coño peludo me llamaba para chuparlo. Entonces ella se agacho y apretando mis pezones hizo que me reincorporara. Así que tu eres la cachorríta de Dom, la que necesita unos cuantos castigos para corregir su insolencia? me susurro y al mismo tiempo apretaba y soltaba, girando en circulo con sus dedos
mis pezones. Miremos como esta tu clítoris y así como agarrando una nuez, me lo examinaba. No podía aguantar viendo a Dom como me miraba , mi coño ya comenzaba a segregar liquido, resbalaba por mis piernas y las ganas de entregarme eran cada vez mas fuertes. Baja y prueba mi lluvia dorada como recompensa a tu buen comportamiento. Y sin mas me arrodille y recibí el elixir sagrado, toda su lluvia caliente en mi boca, que a la vez bajaba por mi pecho hasta llegar a mi coño. Y ahora limpia mi clítoris con tu lengua, déjalo bien pulcro. Y así como una buena sumisa obedecí. Firmado A:A Continuará!!!