Autonepiofilia o infantilismo parafílico, una practica que una gran mayoría de los amantes del
bdsm les lleva a los biberones, chupetes, pañales y etc.
Recuerdo un servicio que realice para una amiga, que por aquel entonces se dedicaba al bdsm, como profesión. Entonces era mi primera vez en la que participaba en este tipo de servicios, tenía entonces 23 años y mi curiosidad me llevo a querer experimentar esa historia.
Al llegar al piso, la mistress me acompañó a la habitación cuando abrí la puerta me encontré, allí sentado a un hombre de 50 años, aproximadamente, estaba vestido de bebe con un chupete en su boca, de repente el bebe se puso a llorar y la mistress me indicó con un gesto que le diera el biberón, acto seguido me senté a su lado, senté en mis piernas al infantilismo y le me dispuse a darle el biberón.
Luego, para que eructara lo coloque en mis piernas con el cuerpo hacia abajo.
Mas tarde lo arropé para que durmiera la siesta pero antes había que cambiarle los pañales, lo tumbe en la cama y él con las piernas en alto facilitando el trabajo le saque el pañal mojado y lo cambié por uno limpio.
Como pude le abroché los corchetes y lo puse a dormir con una canción de cuna y terminé acunándolo en el canasto, especial para bebes.
Días más tarde, la mistress reclamaba mí presencia y me pedía que regresara ya que el bebe necesitaba cuidados nuevamente.
Cuando llegue al piso allí estaba llorando, sin consuelo y lo peor es que no había leche y ya era tarde en ese momento pensé, que yo como había tenido un bebe y había leche en mi pecho podía consolarlo de esa manera entonces saqué la teta para afuera del sujetador y se la metí en la boca, el chupaba feliz y chupaba sin parar, sentía como sacaba la leche de mi pecho, me apretaba el pezón con sus labios y con mucho cuidado.
Era como un niño que lo único que en ese momento le importa era esa teta la cual agarraba con desespero.
Aún recuerdo ese momento en el cual ya quedaba satisfecho, entonces le quite el pezón de su boca y acto seguido le cambie el pañal, estaba empapado, lo limpie con las toallitas de olor a colonia bebe, luego lo balanceé se durmió a los pocos minutos en su canasta de madera.
Al poco tiempo me trasladé a vivir a otra ciudad y ya no pude cuidar a ese bebe grande. Fue una experiencia que me gustó mucho. Recuerdo ese día, cuando llegué a mi casa tuve que cambiarme porque de tanto chuparme y lamer me había corrido, me había mojado las bragas.
Me ruborice sin poder evitarlo y me sentí avergonzada.
Pero no encontré otra manera de consolarlo y era la única manera de que ese bebe callara y dejara de llorar. Ahora estoy buscando a otro bebe que amamantar quieres tú ser el próximo?
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